Nadie camina por la vida en línea recta. Muchas veces salimos por caminos alternativos que no estaban en el plan de viaje, que no conocíamos en el momento de partida. Y a veces nos perdemos, o regresamos ya cansados al mismo lugar. Hay certezas que tenemos, y certezas que vamos teniendo. Porque a cada paso que damos somos más grandes. Cada vez que nos equivocamos y regresamos al mismo sitio, tenemos más kilómetros en las piernas. Y no somos los mismos, somos los mismos varios kilometros mas tarde. Regresar al camino cuesta trabajo y tarda normalmente más tiempo del que quisiéramos. Pero si camináramos en línea recta y llegáramos al destino sin nunca salir del camino, sin nunca alejarnos de las certezas absolutas del punto de partida, que llevaríamos del viaje? que tendríamos para enseñar? Una línea recta, a la vista de todos. Una victoria sin gloria!
imagen: panoramio
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