Frenar,
parar, sentar, cerrar los ojos y respirar. A veces hay momentos así, en que
tienes que tomar un respiro, alejarte de la foto para verla bien. Pensar fuera
de la caja. Darle a la vida lo mejor que tienes: tiempo. Y no preocuparse con
este intervalo, con el tiempo perdido y con lo que se va a acumular. Si la vida
nos obliga a parar, lo mejor es no resistir. Todo a su tiempo. Dejar que se
acerquen todos los "sis", los "peros", los "tal
vez". No alejarlos, no callarlos, sentarlos a tu lado y entender porque
están allí. El presente es todo lo que realmente tenemos. Respíralo, siéntelo,
dale toda la importancia que se merece.
imagen: Delta Breezes
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